Al pobre Bertolucci, que a esta altura debe de estar jubilado, aburrido y chocho, le debe de haber hecho poca gracia que -en medio de la actual compulsión mediática que padecen los famosos de confesar abusos sexuales padecidos- los comandos de feministas vuelvan a agitar el avispero con la famosa escena de la manteca, años después de fallecidos los directamente implicados, Brando y Schneider.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
martes, 6 de diciembre de 2016
Ana Grynbaum – Un pedazo de cielo sobre mi cabeza –
(Acerca de leer, escribir, el ocio, el autor, los personajes, Virginia Woolf, el desestimable yo y el inestimable vacío.)
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